sábado, 7 de febrero de 2009

Hermanos, Dulce Hermanos

Mami: A las 5 de la mañana me pareció escuchar que me llamabas, Eitan. ¿puede ser? Teníamos la puerta cerrada por eso no escuché bien.

Eitan: Sí, te llamé porque se me cayó la almohada.

Mami: ¿y cómo te arreglaste? ¿Dylan te la levantó?

Eitan: Sí.

Mami: Aaaaay, ¡qué hermano más dulce que tenés!

Dylan: No, mami, no fue de dulcedad. Fue porque quería seguir durmiendo y Eitan me estaba molestando con sus gritos.

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