Mami: A las 5 de la mañana me pareció escuchar que me llamabas, Eitan. ¿puede ser? Teníamos la puerta cerrada por eso no escuché bien.
Eitan: Sí, te llamé porque se me cayó la almohada.
Mami: ¿y cómo te arreglaste? ¿Dylan te la levantó?
Eitan: Sí.
Mami: Aaaaay, ¡qué hermano más dulce que tenés!
Dylan: No, mami, no fue de dulcedad. Fue porque quería seguir durmiendo y Eitan me estaba molestando con sus gritos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario